Enlace interoceánico "complementario" y rival del canal de Panamá
Canal de Nicaragua : logro estratégico de China en América

por Pilar VALERO y Christian GALLOY
 

MANAGUA / MADRID, 9 de febrero de 2015 (LatinReporters.com) - Excavar en Nicaragua un canal interoceánico a menos de 600 kilómetros del de Panamá y poderlo administrar durante un siglo será, en caso de éxito de la empresa china responsable de la obra, un logro estratégico de China en América, más allá de América Latina.

Estratégico, porque tiene una importancia crucial tanto desde el punto de vista comercial como geopolítico. Y ello a la vez para China y los países americanos, incluido Estados Unidos.

El inicio de la construcción de una de las carreteras de acceso a la megaobra fue oficializado el pasado 22 de diciembre con los primeros trabajos sobre el terreno y los discursos en Managua del sandinista Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y de Wang Jing, presidente de la compañía china Hong Kong Nicaragua Canal Development Investment Co. Limited (HKND Group).

Ambos habían firmado el 14 de junio de 2013 el contrato que atribuye a HKND el trazado, el desarrollo, la ingeniería, los acuerdos de financiación, la construcción, la explotación, el mantenimiento y la administración de un canal entre lo océanos Atlántico y Pacífico.

Concesión por 50 años renovable

El proyecto prevé también la construcción de dos puertos, un aeropuerto internacional, una zona franca, varios centros turísticos, una central hidroeléctrica, dos cementeras y otras instalaciones que garanticen un buen desarrollo de los trabajos.

La compañía china evalúa que los trabajos necesitarán la contratación de 50.000 asalariados, de ellos un 50% nicaraguenses. La mano de obra cualificada estará asegurada por expatriados, sobre todo chinos. Las proyecciones del gobierno nicaraguense añaden con optimismo varios cientos de miles de empleos derivados.

Con una duración inicial de 50 años, la concesión exclusiva otorgada a HKND podrá, a su demanda, ser prorrogada otros 50 años.

Desde la desembocadura del río Brito, en el océano Pacífico, a la del río Punta Gorda, sobre el mar Caribe y el Atlántico, el canal interoceánico de Nicaragua tendrá, precisa HKND en su descripción detallada del proyecto fechada en diciembre de 2014, una extensión de 275 kilómetros (278 según las autoridades nicaragüenses), incluidos 16 kilómetros dragados en los océanos para garantizar los accesos. El ancho de la obra variará, según los tramos, de 230 a 520 metros.

Sobre 107 kilómetros, osea más de un tercio de su recorrido, el canal utilizará el lago Nicaragua, gigantesca reserva de agua dude de 8.264 km². Para asegurar la navegabilidad en una profundidad próxima a los 30 metros, será necesario dragarlo masivamente, lo que acrecienta, al igual que expropiaciones y desplazamientos de habitantes, una notable oposición ecológica y social al proyecto interoceánico. La creación de un lago artificial sobre la vertiente atlántica es también polémica.

Insuficiencia del canal de Panamá ampliado ?

El coste estimado de las obras es actualmente de 50.000 millones de dólares. Más sorprendente es la previsión de su duración: apenas cinco años, ya que la travesía del canal por el barco que lo inaugurará ha sido anunciada por HKND para 2020.

A modo de comparación, las obras de ampliación del canal de Panamá, que tiene 78 kilómetros de largo, es decir casi cuatro veces menos que el de Nicaragua, se concluirán este año, o quizás en 2016, ocho o nueve años después de su inicio en septiembre de 2007.

Parece paradójico que la construcción del canal de Nicaragua se inicie al mismo tiempo que el canal de Panamá se dota de un tercer juego de esclusas para permitir el tránsito de nuevos gigantes del comercio marítimo, los navíos llamados significativamente post-Panamax, demasiados grandes para las esclusas 1 y 2.

Pero para justificar su proyecto en Nicaragua, HKND afirma que, incluso ampliado para recibir navíos con 13.000 contenedores (frente un máximo de 5.000 en la actualidad), el canal de Panamá no tardará en revelarse insuficiente debido al crecimiento rápido del comercio entre Asia y el continente americano, así como al auge continuo de las dimensiones de los barcos por razones de rentabilidad.

HKND señalaba en la época de la firma de su contrato con Nicaragua, en 2013, que ya entonces el 10% de la flota mundial de los portacontenedores no podría, debido a sus dimensiones, atravesar el canal de Panamá ampliado.

Seducir tanto a América Latina como a América del Norte

Según la empresa china, el canal de Nicaragua, más largo y más profundo, podrá recibir buques super-post-Panamax transportando hasta 23.000 contenedores. Esta capacidad, casi el doble que la que permitirá el canal de Panamá ampliado, animará la carrera de los grandes cargamentos en la que participan no solo los buques portacontenedores, sino también los petroleros, los graneleros y los que llevan minerales.

De ello resultaría, cree HKND, una aceleración del crecimiento de los intercambios comerciales entre el continente americano y Asia, una perspectiva que podría seducir tanto a América Latina como a América del Norte. Esta última apreciaría también, destacan observadores, que la navegación entre las costas este y oeste de Estados Unidos y de Canadá fuera recortada en 800 kilómetros vía el canal de Nicaragua.

Por su parte China, gran consumidora de materias primas, vería así mejor garantizado su aprovisionamiento en minerales, hidrocarburos y productos alimenticios latinoamericanos. Esta misma voracidad ha acentuado considerablemente la influencia de Pekín en América Latina.

El nicaragüense Telémaco Talavera, asesor del presidente Ortega y portavoz de la "Comisión del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua", consideraba el 29 de enero en la Casa de América de Madrid que este canal convertirá a su país en centro logístico regional y mundial y que le permitirá crecer a un ritmo muy superior a la media del 5% de los últimos tres años.

Calificando el futuro canal de Nicaragua de "proyecto nacional con inversión extranjera", Telémaco Talavera señaló que la guerra fría esta superada, que la zona del canal no acogerá una base militar [ndlr.: contrariamente a la zona del canal de Panamá cuando era administrada por Estados Unidos], que impera el pragmatismo económico y que la inversión relacionada con el proyecto del canal esta abierta a empresas de todo el mundo, incluidas las estadounidenses.

En mayo de 2013, durante una cumbre en Costa Rica entre países centroamericanos y Estados Unidos, el presidente nicaragüense Daniel Ortega había expuesto ya a Barack Obama las posibles oportunidades que se abrirían con el futuro canal interoceánico.

Objetivo más geopolítico que comercial ?

Muy diplomáticamente, Nicaragua presenta su futuro canal como "complementario" al de Panamá, asociando incluso a éste último a un polo de desarrollo que podría incluir a los dos países. Panamá lo percibe sin embargo como una rivalidad capaz de reducir un 30% el tráfico de su canal y, lógicamente, arroja dudas sobre la rentabilidad económica del canal nicaraguense.

Se alimentan así interrogantes a veces interesados sobre un eventual objetivo más geopolítico que comercial perseguido por China, vía HKND, con la supuesta complicidad de la izquierda sandinista del presidente Daniel Ortega, que es uno de los protagonistas de la Alianza bolivariana creada en 2004 por Fidel Castro y Hugo Chávez.

En este contexto, la respetada publicación de oposición nicaragüense Confidencial, dirigida por Carlos F. Chamorro, hijo de la ex-presidenta Violeta Chamorro, ha recogido las reacciones de diversas personalidades estadounidenses que compensan el aparente silencio de Washington.

"Si el canal en Nicaragua es promovido por el gobierno de China, entonces implica que podrá haber objetivos no necesariamente económicos. Y eso podría ayudar a entender la posibilidad de un gasto tan elevado, como 50 mil millones de dólares, para un proyecto de básicamente tránsito interoceánico. No hay manera de justificar un monto de ese tamaño desde un punto de vista económico", declara a Confidencial Gen Bigler, profesor del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad del Pacífico, en Stockton, California.

Bigler apoya su punto de vista con una comparación histórica, estimando que "cuando Estados Unidos decidió construir el canal de Panamá en 1903, económicamente no fue un proyecto viable y no llegó a serlo hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos decidió hacer la inversión por razones geoestratégicas".

"Muda reacción" de Washington

Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, cree que el canal de Nicaragua no responde inicialmente a un plan de Pekín, pero que China "ha permitido a Wang Jing [el presidente de HKND] seguir adelante para ver si las cosas se desarrollan objetivamente o no, para ver cómo reacciona Estados Unidos".

"Como la reacción de Estados Unidos ha sido muda -añade-, es posible que los chinos estén listos a respaldar a Wang Jing. Creo que Wang Jing, con su finalidad de obtener ganancias, está impulsando este proyecto coordinado con el gobierno de China". [NDLR : Si el embajador de Estados Unidos en Managua ha deplorado "la falta de información y transparencia" relativa, según él, al proyecto del canal, el departamento de Estado no ha emitido hasta ahora un comentario equivalente.]

Evan Ellis apunta que el nuevo canal interoceánico podría ser de gran interés estratégico para Pekín, pues le permitiría por ejemplo hacer transitar por allí navíos de guerra o evitar que un país occidental cierre una vía marítima a los intereses chinos.

Un canal interoceánico controlado por capitales chinos, afirma además este analista, sería "la gran muestra del nuevo poderío internacional del país asiático. Tener un canal bajo la influencia del Gobierno chino, a través del control por parte de un empresario chino, es quizá el salto más grande que los chinos están dando en esta generación".

Confidencial señala por su parte que la Beijing Xinwei Telecom Technology Co.Ltd, una de las 21 sociedades que controla Wang Jing, le ha asegurado su estatus de multimillonario. Y es relevante que la Xinwei desarrolla programas, entre ellos espaciales, de comunicación para el ejército chino, lo que ha incitado al banco de inversión Guotai Junan Securities de Shanghái a calificar esta sociedad de "cerebro de la futura red militar" de China.

Es significativo también que varias sociedades públicas chinas, entre ellas China Railway Company, participan en el proyecto del canal de Nicaragua.

Que su finalidad sea comercial o geopolítica, o incluso las dos a la vez, este canal, si se concretiza, tendrá de facto una importancia estratégica que llevara a los países americanos a posicionarse.

Richard Feinberg, profesor de economía política en la Universidad de California de San Diego, explica el actual silencio de la administración americana por la convicción de Washington de que el proyecto del canal de Nicaragua no se materializará.

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